Las figuras más importantes del Eje de la Resistencia en Asia Occidental advierten de las amenazas que suponen el régimen Israelí y EE.UU. para la región.
La Resistencia aúna fuerzas. La derrota de EE.UU. en Afganistán después de 20 años de invasión marcó un hito en la región que garantizaría la estabilidad. Así lo afirmó el secretario general del Movimiento de Resistencia islámica de El Líbano, Seyed Hasan Nasralá, quien vislumbró un final similar para el régimen de Israel.
En su discurso con motivo del Día de Ashura, aniversario del martirio del tercer Imam de los chiíes, el Imam Husein (P), el líder libanés definió las prioridades del eje de la Resistencia, al tiempo que llamó a crear una ecuación regional para proteger los sitios sagrados.
Este llamamiento fue defendido también por el líder del movimiento popular yemení Ansarolá, Abdul-Malik Badr al-Din, consideró el fin de la ocupación israelí como un derecho legítimo del pueblo palestino. Además aseguró que los yemeníes continuarán la lucha contra la agresión y el asedio saudí hasta conseguir la victoria final.
Los llamamientos de los líderes de la resistencia coinciden con la vergonzosa huida de Washington de Afganistán y la toma del poder de los talibanes. Para los grupos de Resistencia, esta derrota puso de relieve que EE.UU. ya no es capaz de mantener su hegemonía en la región.